Aún recuerdo aquel día como si
fuera ayer, la noche previa apenas había podido dormir, una mezcla entre
tensión y nervios revoloteaba por mi estómago, me levanté a las 6 de la
mañana, me duché, desayuné dos claras de huevo y un zumo y preparé la mochila: dorsal, imperdibles chip, una botella de agua, un plátano y
zapatillas... Aquella mañana llovía, llovía mucho, había quedado con mi
amigo Raúl hora y media antes para bajar en coche, ganas de empezar no
nos faltaban.
A las 9:00
de la mañana de un 6 de Noviembre empecé mi aventura en el mundillo de
las "curses" populares (para los de aquí) o "carreras" populares (para
los de allí), fue en la Cursa de la Sagrera. Recuerdo acabar empapado,
exhausto, pero con una sonrisa de oreja a oreja, aquel Domingo me lo
pasé tirado en el sofá sin hacer nada más que mirar minuto tras minuto
la web de la carrera esperando a que salieran los tiempos oficiales,
pero más allá del tiempo, el hecho de haber participado y vivir esa
mezcla de tensión, sufrimiento y disfrute durante poco más de 45 minutos
en una aventura de 10 kilómetros era lo que me hacía feliz.
Entonces me dí cuenta de una cosa, ese mundillo en el que unos cuantos locos se disponían a correr, lloviera, nevase, hiciera frío o calor, fuera de día o de noche, me enganchó. Ya no había vuelta atrás.
Un año después puedo decir que he participado en variedad de carreras de 10 kilómetros, varias medias maratones y un duatlón de montaña, y siempre, siempre, siempre, rodeado de buena compañía y disfrutando al máximo de ello.
Un año después, aún recuerdo el día que logré hacer 10 míseros kilómetros por primera vez , sólo eran 10 kilómetros, pero yo era el tío más feliz del mundo y sé que todos, desde el que lleva 20 años corriendo como el que lleva 3 meses ha sentido esa misma felicidad al alcanzar el número 10.
Un año después recuerdo la ansiedad sufrida en el último kilómetro de mi primera media maratón, me dolían las piernas y sentía una fuerte presión en el estómago, la gente me adelantaba y quería acabar de una vez por todas, y así lo hice.
Un año después me viene a la cabeza todas esas amistades que ya estaban ahí o que que han aparecido en mi vida gracias a ello y con las que he tenido el placer de charlar, aprender y entrenar.
Un año después me dispongo a hacer mi primera maratón en tan sólo 3 meses. Siendo sincero, si hace un año alguien me hubiera comentado que a día de hoy me iba a estar preparando para correr una maratón, le hubiera dicho que estaba loco. Pero la ilusión y la voluntad pueden más que las agujetas, el calor y el frío, así que afronto esos 42,195 km con toda la ilusión y ganas del mundo. Sé que si la acabo seré el hombre más feliz del mundo, quizás me dolerá todo el cuerpo, pero la satisfacción será enorme.
Un año después me siento feliz, la felicidad está en los pequeños detalles, como por ejemplo poniéndote ropa cómoda, unas zapatillas y saliendo a correr, es simple. Si ya lo has hecho sabrás de lo que hablo, si aún no lo has hecho te lo recomiendo.
Un saludo!!
Entonces me dí cuenta de una cosa, ese mundillo en el que unos cuantos locos se disponían a correr, lloviera, nevase, hiciera frío o calor, fuera de día o de noche, me enganchó. Ya no había vuelta atrás.
Un año después puedo decir que he participado en variedad de carreras de 10 kilómetros, varias medias maratones y un duatlón de montaña, y siempre, siempre, siempre, rodeado de buena compañía y disfrutando al máximo de ello.
Un año después, aún recuerdo el día que logré hacer 10 míseros kilómetros por primera vez , sólo eran 10 kilómetros, pero yo era el tío más feliz del mundo y sé que todos, desde el que lleva 20 años corriendo como el que lleva 3 meses ha sentido esa misma felicidad al alcanzar el número 10.
Un año después recuerdo la ansiedad sufrida en el último kilómetro de mi primera media maratón, me dolían las piernas y sentía una fuerte presión en el estómago, la gente me adelantaba y quería acabar de una vez por todas, y así lo hice.
Un año después me viene a la cabeza todas esas amistades que ya estaban ahí o que que han aparecido en mi vida gracias a ello y con las que he tenido el placer de charlar, aprender y entrenar.
Un año después me dispongo a hacer mi primera maratón en tan sólo 3 meses. Siendo sincero, si hace un año alguien me hubiera comentado que a día de hoy me iba a estar preparando para correr una maratón, le hubiera dicho que estaba loco. Pero la ilusión y la voluntad pueden más que las agujetas, el calor y el frío, así que afronto esos 42,195 km con toda la ilusión y ganas del mundo. Sé que si la acabo seré el hombre más feliz del mundo, quizás me dolerá todo el cuerpo, pero la satisfacción será enorme.
Un año después me siento feliz, la felicidad está en los pequeños detalles, como por ejemplo poniéndote ropa cómoda, unas zapatillas y saliendo a correr, es simple. Si ya lo has hecho sabrás de lo que hablo, si aún no lo has hecho te lo recomiendo.
Un saludo!!