El pasado Domingo día 27 se llevó a cabo la Cursa de la Roca, es una carrera de montaña que tiene su inicio en Sant Boi y en la que a lo largo de sus más de 21,5 kilómetros y de sus continuas subidas y bajadas se han de subir 3 cerros, el “Cim de Can Cartró” , el “Cim del Montpedrós” y el “Cim de Sant Ramon”, haciendo así un total de 1200 metros de desnivel positivo.
A continuación hago un desglose de la carrera ya que 21,5 km dan mucho de sí, que empiece el show!:
Km
0: todo está preparado, Ernesto y yo nos colocamos en la parte trasera
del pelotón, no sabemos donde nos hemos metido así que debemos ser
conservadores por si al final nos fallan las fuerzas. Comienza la Mitja
Marató de la Roca Negra, por delante 21,5 km y 1200 m de
desnivel positivo.
Km 1: de momento se puede subir a un ritmo suave, este primer kilómetro se hace subiendo rampas por asfalto. Hacemos la típica broma de “va, que ya solo quedan 20 kilómetros más!”.
Km 3: la cosa se pone seria, entramos en la primera trialera de pendiente bastante considerable, dejamos de correr y como solo cabemos de uno en uno se hace una fila india al más puro estilo excursión de primaria, es normal ya que somos 420 corredores y vamos aún muy apelotonados.
Km 5: tras subir unas rampas en zigzag a un buen ritmo pero notando como el sol empieza a calentar de lo lindo llegamos al primer avituallamiento. Cocacola, agua, naranja, plátano, ositos de goma... Me siento muy fresco, echo un trago de cola, me derramo un vaso de agua en la cabeza, cojo un puñado de ositos de goma y a seguir!!! Ernesto se queda unos segundos más descansando, a partir de ahora me toca afrontar la aventura a mí solo.
Km 6: comienza la subida al Cim de Can Cartró, el pelotón se ha estirado y ahora cada uno puede avanzar a su ritmo. Adelanto a un corredor con una camiseta que pone “Decathlon Gran via”, ¿Le digo algo o no?, bah da igual, no sea que por boquear luego me adelante en el kilómetro 20... pero no sería así, Badalona quedó por delante de Gran Via!
Km 7,5: alcanzamos la primera cima, ahora toca bajar por un camino bastante cómodo, las piernas me van solas!! En este punto empiezo a hablar con otro corredor al que tras comentarle que es mi primera carrera de montaña me empieza a explicar el recorrido que tenemos que hacer. “Mira, ves eso de ahí arriba? Pues ahí tenemos que subir ahora!” me dice. “¿Todo eso hemos de subir? madre mía...” replico yo. "Exacto, en esta cursa todo lo que baja... sube” me dice.
Km 9: tras unos minutos de relax en bajada falso llano comienza la subida a “ahí arriba” también llamada el cerro del Montpedrós , es la subida más dura de la carrera. Desde abajo veo como hay un corredor que ya está bajando por la otra ladera de la montaña, debe ser el primero, vaya máquina. La pendiente es espectacular, empiezo a adelantar a corredores que comienzan a pinchar. Los cuadríceps duelen, me cojo de los troncos de los árboles y de las raices, apoyo mis brazos sobre las rodillas para cojer más fuerza al subir, todo vale para no parar y seguir avanzando. Entre tanto sufrimiento un chico que va delante mío dice, "joder, esto parece Vietnam", sí, tienes razón pero en Vietnam no te dan ositos de gominola!
Km 10: “el tío que tengo detrás me suena de algo..."ah sí... es Xavier Bonastre el periodista de Tv3 que en la Mitja Marató de Barcelona me adelantó como un rayo nada más salir, esta vez también lo haría pero en el segundo avituallamiento. A pocos minutos de alcanzar la cima me dice en tono irónico “que divertit que seria pujar per aquí un día de pluja eh!” , yo solo río y le contesto con un originalísimo “ya ves”. El sol está calentando cada vez más y el cansancio se hace notable... menos mal que ya llegamos arriba donde se encuentra el segundo punto de avituallamiento. Me vuelvo a echar agua por encima, aprovecho para tomar un gel y cojer aire.
Km 11: tras el avituallamiento y como me habían dicho antes... si todo lo se baja hay que subirlo, ahora todo lo subido hay que bajarlo, pero por desgracia las bajadas duran mucho, mucho, mucho menos que las subidas. El final de la bajada coincide con el inicio de la subida anterior, así que me cruzo con unos cuantos corredores, “pobrecillos, no saben lo que le espera...”.
En este punto la gente opta por ir a un ritmo suave, recuperar y seguir cogiendo aire, yo en cambio aprovecho que el camino es ancho para apretar un poco y adelantar a unos cuantos, mis piernas responden bien así que si no lo hago ahora, más tarde dudo que pueda hacerlo.
Km 13: pasamos por una urbanización, hay una familia animando a cada uno de los corredores que va pasando, ole por ellos! se agradece que en medio de la montaña, en una torrida mañana de Domingo y mientras estás sufriendo de lo lindo haya gente que valore ese esfuerzo y salga a animar. Comienzan dos repechos cortos pero lo suficientemente duros como para hacer que las piernas empiecen a flaquear. Me adelantan, adelanto, y me quedo solo sin nadie delante ni detrás, temo equivocarme al cojer el camino correcto y perderme por ahí, ya me pasó cuando hice el duatló d’Arbucies, pero todo está muy bien indicado y en los cruces problemáticos siempre hay un miembro de la organización animándote y diciendote por donde has de tirar. Un diez por ellos tambien.
Km 16: llego al tercer avituallamiento, bebo acuarius, cojo un par de trozos de naranja y un hombre nos dice si queremos que nos eche agua en la cabeza, ¡ Sí por favor ! Son casi las 11 de la mañana y el calor está siendo horrible, cada vez es más insoportable.
Pocos metros después del avituallamiento un ciclista me dice “Ánimo! ya solo os queda la subida a Sant Ramon!” , sonrío y le respondo con un escueto “Gracias!”, tras esto dice “Pero es muy dura eh!” . Genial retiro mi agradecimiento.
Km 17: empieza la ascensión a la Ermita de Sant Ramón, esa que se ve “ahí arriba”. Mientras estamos en plena subida un par de guardias forestales, nos riegan, literalmente, con agua a modo de aspersor con el fin de hacernos más llevaderos los últimos kilómetros de la prueba. La sensación es brutal y hace que me sienta como nuevo por unos instantes, solo por unos instantes, ya que con tanto calor en seguida me quedo seco y progresivamente la subida se va haciendo más y más dura. Por unos momentos pienso en parar a descansar un poco pero... si no lo he hecho en más de dos horas y media, ahora que queda nada para acabar no puedo parar!
Km 19: llegamos a la Ermita de Sant Ramon, una voluntaria nos da agua y nos dice que ya solo quedan poco más de dos kilómetros y además todo en bajada. (si claro, todo bajada). Aprovecho para tomar el segundo gel, seguramente no me sirva para nada ya que quedan poco más de 15 minutos para llegar pero la cuestión es engañar al cuerpo. Comienza la “bajada”.
Km 20: el recorrido se sale del camino “bonito” y entramos de nuevo en otra trialera que primero baja y luego... sube! En ese momento empiezo a soltar todos los tacos que se me pasan por la cabeza, un corredor que tengo a pocos metros dice “estos de la organización se deben estar riendo de nosotros”, pues sí, vaya sorpresita final. Una vez salimos de la trialera se ve desde lo alto la pista de atletismo desde la que hemos empezado. ¡Esto ya se acaba!
Km 21: Al fin llego abajo, entro a la pista de atletismo, solo queda dar una vuelta de 400 metros sobre el tartán y todo se habrá acabado. En ese momento por megafonía empieza a sonar “Paradise” de Coldplay, aprieto los dientes, despues río, soy feliz, he sufrido, he pasado un calor horrible, las piernas me duelen pero soy feliz. Llego a meta mientras suena una de las canciones de mi grupo favorito, tras 3 horas 21 segundos de sudor, esfuerzo y disfrute, mucho disfrute.
Así se acaba mi primera carrera de montaña. ¡El año que viene repito seguro!
Me gustaría recalcar el buen hacer de la organización, todo ha sido de diez, y entre los participantes se ha respirado un buen rollo increible.
Me gustaría felicitar a Ernesto que también acabó la carrera y fue el que me dijo que me apuntara a ella, y a Oscar que en la noche de sábado a domingo se ha pegado 50 kilómetros de travesía desde Cornellà hasta Montserrat. Bravo!!!
¿Próximo reto? ¡Se aceptan propuestas!
Km 1: de momento se puede subir a un ritmo suave, este primer kilómetro se hace subiendo rampas por asfalto. Hacemos la típica broma de “va, que ya solo quedan 20 kilómetros más!”.
Km 3: la cosa se pone seria, entramos en la primera trialera de pendiente bastante considerable, dejamos de correr y como solo cabemos de uno en uno se hace una fila india al más puro estilo excursión de primaria, es normal ya que somos 420 corredores y vamos aún muy apelotonados.
Km 5: tras subir unas rampas en zigzag a un buen ritmo pero notando como el sol empieza a calentar de lo lindo llegamos al primer avituallamiento. Cocacola, agua, naranja, plátano, ositos de goma... Me siento muy fresco, echo un trago de cola, me derramo un vaso de agua en la cabeza, cojo un puñado de ositos de goma y a seguir!!! Ernesto se queda unos segundos más descansando, a partir de ahora me toca afrontar la aventura a mí solo.
Km 6: comienza la subida al Cim de Can Cartró, el pelotón se ha estirado y ahora cada uno puede avanzar a su ritmo. Adelanto a un corredor con una camiseta que pone “Decathlon Gran via”, ¿Le digo algo o no?, bah da igual, no sea que por boquear luego me adelante en el kilómetro 20... pero no sería así, Badalona quedó por delante de Gran Via!
Km 7,5: alcanzamos la primera cima, ahora toca bajar por un camino bastante cómodo, las piernas me van solas!! En este punto empiezo a hablar con otro corredor al que tras comentarle que es mi primera carrera de montaña me empieza a explicar el recorrido que tenemos que hacer. “Mira, ves eso de ahí arriba? Pues ahí tenemos que subir ahora!” me dice. “¿Todo eso hemos de subir? madre mía...” replico yo. "Exacto, en esta cursa todo lo que baja... sube” me dice.
Avituallamiento con ositos de gominola! |
Km 9: tras unos minutos de relax en bajada falso llano comienza la subida a “ahí arriba” también llamada el cerro del Montpedrós , es la subida más dura de la carrera. Desde abajo veo como hay un corredor que ya está bajando por la otra ladera de la montaña, debe ser el primero, vaya máquina. La pendiente es espectacular, empiezo a adelantar a corredores que comienzan a pinchar. Los cuadríceps duelen, me cojo de los troncos de los árboles y de las raices, apoyo mis brazos sobre las rodillas para cojer más fuerza al subir, todo vale para no parar y seguir avanzando. Entre tanto sufrimiento un chico que va delante mío dice, "joder, esto parece Vietnam", sí, tienes razón pero en Vietnam no te dan ositos de gominola!
Km 10: “el tío que tengo detrás me suena de algo..."ah sí... es Xavier Bonastre el periodista de Tv3 que en la Mitja Marató de Barcelona me adelantó como un rayo nada más salir, esta vez también lo haría pero en el segundo avituallamiento. A pocos minutos de alcanzar la cima me dice en tono irónico “que divertit que seria pujar per aquí un día de pluja eh!” , yo solo río y le contesto con un originalísimo “ya ves”. El sol está calentando cada vez más y el cansancio se hace notable... menos mal que ya llegamos arriba donde se encuentra el segundo punto de avituallamiento. Me vuelvo a echar agua por encima, aprovecho para tomar un gel y cojer aire.
Km 11: tras el avituallamiento y como me habían dicho antes... si todo lo se baja hay que subirlo, ahora todo lo subido hay que bajarlo, pero por desgracia las bajadas duran mucho, mucho, mucho menos que las subidas. El final de la bajada coincide con el inicio de la subida anterior, así que me cruzo con unos cuantos corredores, “pobrecillos, no saben lo que le espera...”.
En este punto la gente opta por ir a un ritmo suave, recuperar y seguir cogiendo aire, yo en cambio aprovecho que el camino es ancho para apretar un poco y adelantar a unos cuantos, mis piernas responden bien así que si no lo hago ahora, más tarde dudo que pueda hacerlo.
Km 13: pasamos por una urbanización, hay una familia animando a cada uno de los corredores que va pasando, ole por ellos! se agradece que en medio de la montaña, en una torrida mañana de Domingo y mientras estás sufriendo de lo lindo haya gente que valore ese esfuerzo y salga a animar. Comienzan dos repechos cortos pero lo suficientemente duros como para hacer que las piernas empiecen a flaquear. Me adelantan, adelanto, y me quedo solo sin nadie delante ni detrás, temo equivocarme al cojer el camino correcto y perderme por ahí, ya me pasó cuando hice el duatló d’Arbucies, pero todo está muy bien indicado y en los cruces problemáticos siempre hay un miembro de la organización animándote y diciendote por donde has de tirar. Un diez por ellos tambien.
Km 16: llego al tercer avituallamiento, bebo acuarius, cojo un par de trozos de naranja y un hombre nos dice si queremos que nos eche agua en la cabeza, ¡ Sí por favor ! Son casi las 11 de la mañana y el calor está siendo horrible, cada vez es más insoportable.
Pocos metros después del avituallamiento un ciclista me dice “Ánimo! ya solo os queda la subida a Sant Ramon!” , sonrío y le respondo con un escueto “Gracias!”, tras esto dice “Pero es muy dura eh!” . Genial retiro mi agradecimiento.
Km 17: empieza la ascensión a la Ermita de Sant Ramón, esa que se ve “ahí arriba”. Mientras estamos en plena subida un par de guardias forestales, nos riegan, literalmente, con agua a modo de aspersor con el fin de hacernos más llevaderos los últimos kilómetros de la prueba. La sensación es brutal y hace que me sienta como nuevo por unos instantes, solo por unos instantes, ya que con tanto calor en seguida me quedo seco y progresivamente la subida se va haciendo más y más dura. Por unos momentos pienso en parar a descansar un poco pero... si no lo he hecho en más de dos horas y media, ahora que queda nada para acabar no puedo parar!
Km 19: llegamos a la Ermita de Sant Ramon, una voluntaria nos da agua y nos dice que ya solo quedan poco más de dos kilómetros y además todo en bajada. (si claro, todo bajada). Aprovecho para tomar el segundo gel, seguramente no me sirva para nada ya que quedan poco más de 15 minutos para llegar pero la cuestión es engañar al cuerpo. Comienza la “bajada”.
Km 20: el recorrido se sale del camino “bonito” y entramos de nuevo en otra trialera que primero baja y luego... sube! En ese momento empiezo a soltar todos los tacos que se me pasan por la cabeza, un corredor que tengo a pocos metros dice “estos de la organización se deben estar riendo de nosotros”, pues sí, vaya sorpresita final. Una vez salimos de la trialera se ve desde lo alto la pista de atletismo desde la que hemos empezado. ¡Esto ya se acaba!
Km 21: Al fin llego abajo, entro a la pista de atletismo, solo queda dar una vuelta de 400 metros sobre el tartán y todo se habrá acabado. En ese momento por megafonía empieza a sonar “Paradise” de Coldplay, aprieto los dientes, despues río, soy feliz, he sufrido, he pasado un calor horrible, las piernas me duelen pero soy feliz. Llego a meta mientras suena una de las canciones de mi grupo favorito, tras 3 horas 21 segundos de sudor, esfuerzo y disfrute, mucho disfrute.
Llegando a la meta |
Así se acaba mi primera carrera de montaña. ¡El año que viene repito seguro!
Me gustaría recalcar el buen hacer de la organización, todo ha sido de diez, y entre los participantes se ha respirado un buen rollo increible.
Me gustaría felicitar a Ernesto que también acabó la carrera y fue el que me dijo que me apuntara a ella, y a Oscar que en la noche de sábado a domingo se ha pegado 50 kilómetros de travesía desde Cornellà hasta Montserrat. Bravo!!!
¿Próximo reto? ¡Se aceptan propuestas!